Meses atrás, el catastrófico balance comercial de la empresa taiwanesa, HTC, acabó por obligarla a cerrar un acuerdo de doble filo con Google. Por un lado, HTC estaría recibiendo la generosa suma de US$1100 millones pero, a cambio, HTC dejaría ir a Google a una buena cantidad de sus talentosos empleados del departamento de diseño de smartphones. La medida es particularmente conveniente para los empleados de HTC, ahora ya empleados de Google, pues estos no tendrán que mudarse de país y pasarán a trabajar en una compañía económicamente más estable.
HTC necesita desesperadamente el dinero para mantener la empresa a flote, mientras que Google espera que con esta nueva adquisición de talento en diseño pueda conseguir vender su línea Pixel de smartphones en cantidades que puedan competir con la línea prémium de productos de Apple y Samsung de aquí a cinco años.
Rick Osterloh, vicepresidente del departamento de hardware de Google dio una entrevista para el sitio The Verge en donde admitió las intenciones de Google de multiplicar su potencial de desarrollo de productos de telefonía móvil y confirmó las aspiraciones de la compañía de poder competir en volúmenes de ventas con las primeras marcas del mercado. A su vez, comentó que su sede en Taipei, capital de Taiwán, ciudad en donde también se encuentran las oficinas centrales de HTC, se está transformando poco a poco en una de las sedes más importantes de Google en todo Asia Pacífica.
Este acuerdo lleva varias semanas ultimando sus pormenores y por fin ha concluido. A partir de ahora se verán las consecuencias en ambas compañías: ¿qué hará HTC con el dinero y su éxodo de empleados para intentar recuperar su posición de prestigio en un mercado que progresivamente se vuelve más competitivo y en el que es más difícil mantenerse a flote? ¿Cuánto afectará a la calidad y el desempeño de los futuros smartphones de la serie Pixel de Google contar con nuevos diseñadores?
Fuente: The Verge