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LG Electronics anunció oficialmente que dejará de competir con sus smartphones en China

El mercado de los smartphones es uno de los más feroces y competitivos del mundo. Los primeros puestos en ventas llevan años manteniendo su posición, desplazándose solo ligeramente hacia arriba o hacia abajo. Pero las compañías enfocadas en los dispositivos de mediana y baja gama, así como aquellas aspirantes al podio de las cinco marcas más grandes, parecen mantenerse en constante movimiento, con algunos favoritos que oscilan con más o menos protagonismo, pero con la puerta abierta para la gran mayoría de los competidores.

Sin embargo, la situación en China es particularmente más cruenta. Allí, el mercado crece a pasos agigantados y la enorme masa de consumidores ya se ha definido casi del todo por favorecer a la mayoría de las compañías más conocidas del medio local, haciendo más trágica que en ningún otro lado la situación comercial y la popularidad de compañías como LG.

LG Electronics publicó días atrás un balance comercial con respecto al cierre del 2017 que reportó cifras récord en su historia. Eso, claro, es teniendo en cuenta los resultados comerciales de todas las áreas de la electrónica en los que LG compite, pues, una vez más, el departamento de smartphones de LG reportó pérdidas sustanciales.

En relación a que las cifras de su departamento de teléfonos inteligentes no parece mejorar, LG ha decidido cambiar de estrategia y optará por comenzar, primero, a asegurarse su competitividad en aquellos mercados en los que se ha asentado con éxito, como Estados Unidos, pero abandonará aquellos en donde ya es insostenible su situación, como en China. Las autoridades oficiales de LG comentaron que en 2016 se distribuyeron aproximadamente 480 millones de smartphones en China y acabaron por venderse 160 mil unidades.

Las autoridades de LG declararon que la compañía se retirará de suelo chino y abandonará sus intenciones de competir allí, al menos por el momento. El LG G6 y el LG V30, los últimos flagships de la compañía surcoreana, ni siquiera llegaron a aterrizar en terreno chino, lo que habla a las claras de que esta es una decisión que, cuando menos, lleva un año de meditación y ejecución.

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