Vertu envuelta en polémicas: la compañía estaría llegando a su final
Vivimos en un mundo en el que los smartphones son en iguales partes, dependiendo del dispositivo a analizar, un elemento indispensable de la vida moderna y un artículo de lujo para alardear sobre el estatus del/de la portador/a. De allí que los fabricantes chinos se hayan impuesto con tan vasta supremacía, pues entregan calidad y diseños de lujo al alcance del bolsillo promedio.
En un mundo en el que el iPhone 8 y el Samsung Galaxy Note 8 inquietan a sus potenciales compradores dejando correr rumores de precios de lanzamiento cercanos a los US$1000 Vertu pretendió apelar a un nicho aún más rico y vender smartphones con (marginalmente) peor hardware pero supliéndolo con metales y piedras preciosos. Como era de esperarse desde los inicios, Vertu estaría llegando a su final.
El último movimiento de mercado importante que tuvo a Vertu por protagonista fue su traspaso de mando por £50 millones de Gary Chen a Hakan Uzan. Este último, una celebridad empresarial en Turquía, de familia aristócrata, perseguido en su país de origen por su incontable cantidad de acreedores que acusan deudas multimillonarias a diestra y siniestra.
La polémica compra de Vertu por parte de Hakan Uzan traía augurios ominosos al mismo tiempo que cierto grado de inocente esperanza. Finalmente, el destino de ese negociado fue el peor: Hakan Uzan ha estado administrando la compañía con tenencia de sus acciones sin haber pagado una sola moneda de los £50 millones por los que supuestamente la había adquirido.
Y las cosas se ponen aún peor: una importante cantidad de empleados están acusando cheques rebotados, falta de pagos o pagos a destiempo, problemas con los fondos de retiro, despidos y demás. Se ve a leguas que Vertu estaría ya en sus últimos días y así Hakan Uzan sería de esos empresarios que merecen la fama de inexpertos, codiciosos y deshonestos.
Por otro lado, la compañía también le debe a sus proveedores, entre los que se encuentra la mismísima Qualcomm a la que, por su historial de demandas, sería uno de los peores acreedores que una compañía en el mercado de las telecomunicaciones quisiera tener dado su peso y agresión litigante. Vertu está dirigiéndose sin paradas hacia la quiebra o un nuevo traspaso de dueño, pero, de sobrevivir a la hecatombe, su negocio ya lleva años probando demasiado selectivo para costear sus gastos.