Además de las novedades que anunció Apple para iOS 10 en WWDC 2016, hay una que sólo se conoció ni bien comenzaron a llegar las versiones beta a los desarrolladores y marca un cambio de paradigma en la forma en que se manejó hasta ahora la compañía.
Hasta ahora, Apple encriptó el kernel de iOS para protegerlo de posibles ataques y brechas de seguridad. El kernel es el núcleo básico de todas las funciones a bajo nivel del sistema operativo, solo accesible a través de los APIs que provee la compañía a los desarrolladores, pero a partir de iOS 10, el kernel del sistema operativo estará abierto, dando la posibilidad de que tanto investigadores de seguridad como hackers puedan examinar el código - un arma de doble filo, sin duda.
Aparentemente el kernel expuesto habría sido una movida deliberada por parte de Apple, para poder abrir a los desarrolladores la posibilidad de descubrir bugs y agujeros de seguridad para que la compañía pueda corregirlos, aunque como dijimos, abre una puerta peligrosa si hackers logran descubrir vulnerabilidades para explotar y no son reportadas.
La decisión podría haber sido producto del reciente conflicto con el FBI para ingresar a un iPhone 5C vinculado a un ataque terrorista, al cual finalmente ingresó utilizando un exploit conseguido en el mercado negro, a pesar de la negativa de Apple.
Un iOS abierto podría mitigar este mercado negro al mínimo, aunque también podría multiplicar las amenazas a la plataforma y es difícil predecir lo que sucederá.
Fuente: MIT Technology Review
Vía: AppleInsider