Contra todos los pronósticos J.P. Morgan dice que el iPhone 8 llegará en junio
Según los más recatados analistas y filtradores de información, el iPhone 8 está más cerca de anunciarse hacia fines de este año y lanzarse, consecuentemente, más tarde aún. La mayoría de los analistas ponen al iPhone 8 en la franja de lanzamiento entre octubre y diciembre, mientras que otra porción interesante lo ubica durante el primer trimestre del año 2018.
Un eje es transversal a todos estos rumores: el iPhone 8 es un proyecto delicado que demorará más de lo esperado no importa cómo se lo vea. O al menos eso se creía hasta las declaraciones de J.P. Morgan, que pronostica altas chances de ver un anuncio del iPhone 8 durante la WWDC de Apple en junio del año corriente.
¿Existen quizá razones para tan sorprendentes declaraciones, para tan extraños pronósticos? No. J.P. Morgan se ha despachado con un pronóstico que pareciera estar fundado más en fuentes privadas imposibles de develar o incluso en corazonadas según su experiencia como analistas comerciales que en datos concretos.
Apple se ha decantado por lanzar todos sus smartphones durante el mes de septiembre desde el iPhone 4S en adelante. Todos esos iPhones han sido anunciados con menos de dos semanas de anticipación, por lo que no tendría sentido de acuerdo al modus operandi de la empresa anunciado un iPhone 8 en junio a sabiendas de que no podrán tenerlo siquiera listo para Agosto.
Los rumores que ponen en duda la existencia de un sensor biométrico de huellas dactilares bajo el display y otro de impecable reconocimiento facial en la cámara frontal empujan cada vez más lejos el lanzamiento del iPhone 8.
¿Por qué? Pues porque han tenido gran acogida en el público y son tecnologías que podrían catapultar al iPhone 8 al rotundo éxito de concretarse, por lo que Apple estará haciendo su mayor esfuerzo por volverlas realidad en su modelo revolucionario por el décimo aniversario del lanzamiento de su smartphone.
Así las cosas, pueden tomar o dejar los rumores de J.P. Morgan, pero han de saber que no tienen razón alguna que los respalde, más que el nombre de una importante firma de analistas comerciales.