Poco tiempo atrás, LeEco era una de las compañías más prometedoras del mercado chino y del mundo. Los índices de crecimiento que reportaba eran todo un suceso, pero dos años atrás desde hoy y ya es extraño escuchar a alguien hablar o escribir acerca de LeEco. ¿Qué fue lo que le pasó?
Habría que comenzar por señalar que es posible que LeEco haya sido, desde el principio, más una campaña de prensa que una estructura de mercado sólida. Y eso se puede comprobar después de lo sucedido el 23 de mayo, cuando, en un comunicado, LeEco anunció que despidiría a 375 empleados de su fuerza de trabajo en Estados Unidos, cifra nominal que equivale al 70% del personal allí apostado.
Cuando en octubre del año 2016 LeEco llegaba a Estados Unidos para instalarse y prometer ser una compañía capaz de fabricar smartphones, pero también autos inteligentes, todo a un muy accesible precio gracias a sus planes de incluir en las compras suscripciones a plataformas de contenido multimedial administradas por ellos, nadie puede decir que esa conferencia fue la forma más convincente o verosímil de presentarse en un mercado tan o más feroz como el chino.
LeEco continuó pronunciando sus intenciones de ser una fuerza extremadamente competitiva en Estados Unidos a pesar de ya haber perdido una importante porción del mercado en China. Y dichas proclamaciones venían en la forma de comunicados o declaraciones de Jia Yuesing, CEO de la compañía hermana Leshi, y funcionario de alto rango en LeEco.
Sin embargo, las promesas nunca fueron acompañadas de las estrategias apropiadas, y aunque tenían todas las intenciones de impulsar como ninguna otra empresa las ventas online, es difícil imaginar que una marea de usuarios se abarroten en las páginas para adquirir los productos de una empresa que nunca invirtió en publicidad, que nunca se mostró interesada en ser relevante, en ser verdaderamente conocida.
Los resultados de tal burda negligencia saltan a la vista: el 70% de los empleados que trabajan para LeEco en Estados Unidos se quedarán sin trabajo y los proyectos de ingeniería que estaban ocurriendo en uno de sus edificios locatado en San Diego (predio que previamente le había sido comprado a Yahoo) cesarán inmediatamente, concentrando así todos sus empleados y trabajo en las oficinas de San Jose.
LeEco continúa sosteniendo que aspiran a ser una fuerza competitiva, aunque por el momento se replegarán a trabajar con la comunidad china ubicada en zonas aledañas y hasta donde alcancen sus brazos productivos. Habrá que prender una vela por el restante 30% de trabajadores de LeEco, pues es más que probable que continúen siendo víctimas de una ambición ridícula y de líderes sin idea de cómo conducir un negocio de esas magnitudes.
Fuente: CNET