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Qualcomm estaría pensando en involucrarse en un curioso negocio: las consolas de videojuegos

Qualcomm es uno de los desarrolladores de semiconductores más importantes y más exitosos del mundo pero su negocio de chips está exclusivamente dedicado al mundo de los dispositivos móviles con especial énfasis en smartphones y tablets. Pero otra clase de dispositivos móviles podría pronto ser explorada: Qualcomm lanzaría su consola de videojuegos.

Nvidia y Radeon son líderes indiscutidos de las placas de video para el mercado del gaming de consolas y Qualcomm intercedería en esta disputa para llevarse una porción. Al mismo tiempo, reportes indican que Qualcomm tiene la solución para que sus procesadores alcancen nuevos picos de rendimiento: un dispositivo más grande que permita mayor refrigeración.

La consola de Qualcomm podría tener un diseño conocido

La tendencia del mercado de smartphones y tablets es la de hacer equipos cada vez más compactos. Tanto porque la delgadez es un factor importante en la comodidad de los usuarios, así como lo es también su ligereza, y la estructura compacta también ayuda más a los smartphones a resistir potenciales caídas y golpes para no volver inútiles cientos de dólares en un descuido.

Pero ese formato no alcanzaría a aprovechar la potencia que Qualcomm nuclea en cada uno de sus chips premium y quiere explorar un nuevo horizonte en donde pueda mostrarle al mercado de qué es capaz su tecnología. ¿Y qué mejor forma que hacerlo con uno de los pasatiempos más populares de los últimos diez años? El gaming.

Desde Android Police confirman haber visto imágenes de la consola de videojuegos de Qualcomm y su diseño les fue inmediatamente reconocible: sería una larga pantalla de aproximadamente 6,65 pulgadas en el centro con controles desmontables ubicados a los costados de la pantalla. Sí, pareciera ser un calco de la Nintendo Switch.

Claro que Qualcomm tendría cuidado de lanzar un producto tan groseramente calcado, así que podemos esperar detalles en el diseño acabado que nos entreguen un producto distinguible de la inspiración. Especialmente porque se estima que las capacidades de una consola y otra serían idénticas: podríamos jugar con ella de manera portátil o conectarla a un televisor para obtener una imagen de mayor calidad.

Se cree que dentro de la consola de Qualcomm también habrá una batería de 6000mAh compatible con la tecnología Quick Charge del mismo fabricante para que nos sea fácil retomar nuestras sesiones de gaming. La eficiencia de consumo será fundamental, por supuesto, pues largas horas tienen que garantizarse para que esta consola pueda ser un competidor de los grandes nombres del mercado.

Qualcomm lanzaría su consola de videojuegos durante el primer trimestre del año entrante por lo que es probable que el chip empleado sea el sucesor del Qualcomm Snapdragon 888. O quizá incluso una solución específicamente diseñada con este propósito. No sabemos si Qualcomm intentará crear algo diferente o buscará probar la idoneidad y flexibilidad de sus SoCs para dispositivos móviles.

Lo obvio sería esperar un soporte para conectividad 5G dado que también se espera que Android sea el sistema operativo móvil de la consola en cuestión. Las capacidades de siempre también harían una aparición en este dispositivo: conectividad Bluetooth, GPS, sensores para acelerómetro y compatibilidad con sistema háptico para vibraciones sincronizadas con la experiencia.

La consola sería específicamente creada con el propósito de correr videojuegos e incluso puede que sea una extensión práctica de Google Stadia o futuros servicios similares puesto que sería muy caro pensarla como una consola con miras a obtener títulos propios con lectura de cartuchos o discos Blu-ray.

Según parece, Qualcomm buscaría entrar en la gama de precios de los US$300 que es un valor bastante alto teniendo en cuenta que la PlayStation 5 se agotó en todo el mundo con un precio de lanzamiento ligeramente al norte de los US$400. También hay que considerar que todo esto no es más que un proyecto y podría, al fin y al cabo, verse desestimado si se evalúa como un proyecto poco viable en términos comerciales.

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