El principal argumento en contra de los teléfonos inteligentes de Apple, los famosos iPhones, es que están exageradamente sobrepreciados en comparación con aquellos productos de la competencia que ofrecen igual o mejor software por algunos o varios cientos de dólares menos. Sin embargo, Apple gana vez tras vez la pulseada contra sus competidores por la confiable y larga longevidad de sus productos, así como el brillante y regular desempeño de estos.
Sin embargo, recientes denuncias en la red social Reddit pusieron de manifiesto una problemática de la que hasta ahora no se había hablado: ¿disminuye Apple la velocidad de sus iPhones para forzar a sus consumidores a comprar nuevos productos de la compañía de la manzana prohibida? Pues Apple admitió explícitamente que parte de esto es cierto, mientras que la otra parte se deduce.
Cuando en 2016 varios iPhones 6, iPhone 6 Plus, iPhone 6S, iPhone 6S Plus y iPhone SE comenzaron reportar casos de reiniciados automáticos, Apple descubrió que esto sucedía porque la potencia de los procesadores de estos smartphones no tenían energía suficiente para abastecerse y por ende redundaban en tener que suspender sus funciones momentáneamente. Con el lanzamiento de la versión 10.2.1 de iOS, los modelos antes mencionados cesaron de reiniciarse de forma inesperada y abrupta, pero muchos de los usuarios que dejaron de percibir este perjuicio ahora experimentaban una velocidad considerablemente menor de sus dispositivos.
Eso sucedió -y aún sucede- porque Apple resolvió que la solución para conseguir que estos iPhones, y modelos más viejos también, no se reinicien de forma automática, una vez superado cierto ciclo de vida de sus baterías, la frecuencia de trabajo de los procesadores debía ser artificialmente disminuida. Esta intervención redunda en dos puntuales consecuencias: iPhones considerablemente más lentos y iPhones considerablemente más durables.
Claro que la mayoría de los usuarios de un iPhone aprecian no solo la longevidad de sus dispositivos, sino también un rendimiento veloz y sostenido en el tiempo, algo que es absolutamente posible de conseguir cambiando la batería cada vez que la frecuencia de trabajo de sus procesadores disminuya automáticamente, pero entonces surge la siguiente pregunta: ¿por qué Apple no advirtió a sus usuarios en un comunicado oficial que estaría disminuyendo la frecuencia de trabajo de sus procesadores cuando sus baterías necesiten un cambio? ¿Pretendía Apple, realmente, advertir a los usuarios de que sus iPhone 6, iPhone 6 Plus, iPhone 6S, iPhone 6S Plus, iPhone SE necesitaban un cambio de batería bajando su rendimiento? ¿O intentaban incentivar la compra de nuevos dispositivos con el empleo de estos subterfugios?
Usualmente, se considera que las baterías deben ser cambiadas una vez llegan al 80% de su capacidad normal producto del obvio uso que supone el paso del tiempo. Y mientras que Samsung asegura que sus últimos flagships retienen el 95% de la capacidad de sus baterías tras 2 años de uso, es vox populi que esta es una declaración extremadamente ambigua, pues siempre depende de la cantidad de cargas diarias que un usuario común se vea obligado a realizar. Aquellos quienes utilizan sus smartphones para aplicaciones de gaming experimentarán un drenaje de la batería mucho más veloz que el que otros usuarios experimentan utilizando sus teléfonos solo para revisar redes sociales y mails.
Esto significa que desde hace casi ya dos años, las últimas tres generaciones de iPhones no solo son artificialmente controladas para alcanzar largos estándares de vida, sino que de no ser por esta intervención silenciosa de Apple, sus productos podrían volverse obsoletos igual o antes de lo que lo hacen los de la competencia, pues usualmente se cree que al alcanzar el 80% de su capacidad original las baterías deben ser cambiadas y ese mismo parámetro podría estar siendo utilizado por Apple para tomar como referencia cuándo debe limitarse el trabajo de los procesadores.
Fuente: CNET