A11 destroza a la competencia y es incluso más potente que un Intel i5
Año a año los fabricantes de procesadores y los fabricantes de smartphones se sientan a optimizar las piezas de hardware que se ensamblarán en un único dispositivo para sacarle el mayor provecho a la nueva tecnología disponible. Y año tras año, Apple tiene siempre los mejores resultados de rendimiento incluso cuando, por ejemplo, sus smartphones siguen trabajando con 3GB de memoria RAM cuando el resto del mundo se muda hacia los 8GB.
Pero el nuevo procesador A11 cocinado en Apple presente en los iPhones de la nueva generación será el primero en vapulear demoledoramente a la competencia al tiempo que se postula como amenaza para actuales laptops.
Según las pruebas que se condujeron a través del software Geekbench 4, el A11 presente en el iPhone 8 tuvo un resultado de 10,170 puntos en la prueba de rendimiento multinuclear, resultados que está escandalosamente por encima del rendimiento del Snapdragon 835 y el Exynos 8895 presentes en el Samsung Galaxy S8/S8+ y el Galaxy Note 8.
En vista de esta disparidad en cifras, en el sitio 9to5 Mac decidieron ejemplificar la disparidad de fuerza de trabajo de un procesador y del otro poniendo a estos smartphones a realizar la misma exacta tarea y cronometrar los resultados. Un iPhone 8, un Samsung Galaxy S8+ y un Samsung Galaxy Note 8 fueron puestos a exportar y guardar el mismo video de 2 minutos con las mismas transiciones y efectos. Mientras que el Samsung Galaxy S8+ tardó 4 minutos y 7 segundos en realizar la tarea, el Samsung Galaxy Note 8 pudo descender el tiempo hasta 3 minutos y 3 segundos. Pero el iPhone 8 se llevó el premio con sus contundentes 42 segundos.
Los resultados arrojados por el programa Geekbench 4, además, revelaron que en tareas intensivas de corto plazo el A11 del iPhone 8 era incluso más potente que el Intel i5 presente en una MacBook Pro de 13 pulgadas. Ahora bien, por la diferencia de canales de enfriamiento y otros elementos de hardware presentes en una laptop y no en un smartphone, las tareas de alto rendimiento sostenidas en el tiempo encuentran muchos mejores resultados -como es de esperarse- en una laptop en comparación a un smartphone.
Así las cosas, esta generación de iPhones podría ser la última palabra de Apple hacia el mundo para que comiencen a preocuparse más por optimizar sus productos y menos en atiborrarlos piezas de hardware de última tecnología solo para poder presumir de tenerlas. Después de todo, lo importante no son las herramientas sino saberlas usar.