Samsung, baterías y fuego: nuevo capítulo
En una ciudad norte de China llamada Tianjin se encuentra una fábrica de baterías de Samsung de su subsidiaria Samsung SDI. La fábrica integró parte del proceso productivo de las baterías que produjeron la catástrofe del Samsung Galaxy Note 7. Y aunque no fueron esas mismas baterías la que produjeron el incendio esta vez, desechos de litio y baterías no-funcionales sí lo hicieron. El sector netamente productivo de la fábrica no recibió daño alguno, por lo que se pueden ignorar los rumores que acusen que se haya comprometido la fabricación del Galaxy S8. Pero sí hubo daños en otros sectores de la fábrica.
110 bomberos y 19 camiones de bomberos se acercaron a la fábrica para apagar el fuego y controlar los focos de incendio. El litio es un metal altamente inestable y sus propiedades inflamables son del todo conocidas, pero mientras los científicos no puedan encontrar un metal que reemplace la conductividad y ductilidad del material, los bomberos tendrán que seguir trabajando en matafuegos específicos para baterías de litio.
El fuego tardó más de lo normal en apagarse por la propia inestabilidad del elemento causante, pero por suerte supieron controlarlo un puñado de horas después. El drama de Samsung con las baterías parece no tener fin, aunque también es cierto que dado el episodio desafortunado con el Galaxy Note 7 es esperable que cualquier noticia que combine el fuego con Samsung y las baterías tendrá una, quizá, desproporcionada atención, pero Samsung se lo ha sabido ganar en buena ley.
Recordemos que aún resta la prueba de fuego verdadera para Samsung: la seguridad del Samsung Galaxy S8. De seguro más de un funcionario pasa todas sus horas del día corroborando que este lanzamiento no quede opacado por ninguna razón del mundo, mucho menos una que involucre la volatilidad de sus baterías.