A finales de 2020 Cristiano Amon, presidente de Qualcomm, había advertido sobre la crisis de escasez de procesadores para todo tipo de dispositivos electrónicos y cómo esta escasez podría ponerse mucho peor y acabar afectando al mundo de los smartphones. Pues bien, Samsung declara escasez de chips para sus midrangers.
En las pasadas semanas supimos de una petición de Qualcomm y otras compañías norteamericanas a la administración de Joe Biden, nuevo presidente electo de Estados Unidos, para incrementar la inversión la fabricación de semiconductores para prevenir una amenazante crisis en el sector. Y de momento, al menos, no existe tal incremento.
Crece la demanda pero la oferta sigue estática
En muchos países del mundo la cuarentena y la transición del trabajo en oficinas a modos home-office ha disparado la demanda de productos tecnológicos por los aires luego de que durante el primer trimestre de cuarentena internacional haya parado casi por completo la producción de estos productos, paradójicamente.
Con la creciente población de empleados y estudiantes que utilizan plataformas virtuales para realizar sus tareas la demanda continuó creciendo hasta alcanzar niveles récord que hicieron crecer y dañaron a las compañías por igual. Esto último producto de no poder abastecer la inconmensurable demanda en todo el mundo.
Pero a estos factores se le sumó también que las prohibiciones de comercio a Huawei finalmente comenzaron a dinamitarla y muchos usuarios en el mundo están buscando una transición de sus flagships y midrangers del fabricante chino a otras compañías que prometan mayor estabilidad de cara al futuro ahora que saben que esta es una situación que puede suceder.
Así que al fenómeno del home-office y las clases virtuales se suma la necesidad de usuarios de comprar nuevos smartphones que no pierdan el soporte a Google Mobile Services de la noche a la mañana. Los problemas empezaron en otros sectores electrónicos pero finalmente estamos viendo severas consecuencias en el mundo de la telefonía móvil.
En particular, un representante de Samsung se comunicó con el sitio Reuters haciéndole saber cómo esta escasez estaba afectando a la producción de teléfonos de gamas media y baja, aunque también mencionaron la preocupante escasez de chips Snapdragon 888, el más potente SoC lanzado por Qualcomm hasta la fecha.
Curiosamente, Samsung no ha hecho una declaración oficial al respecto siendo que Lu Weibing, por ejemplo, vicepresidente de Xiaomi, comentó en su cuenta oficial de Weibo que no era sencillamente una escasez de procesadores, sino una extrema escasez.
Yendo a los detalles minuciosos de esta escasez encontramos que el problema es el abastecimiento de algunos componentes en particular que hacen al ensamble de los procesadores. Componentes que al volverse cada día más escasos adquieren precios exorbitantes. Reuters menciona que una unidad micro-controladores de la compañía STMicroelectronics solía venderse a US$2 y hoy está tocando los US$14 por unidad.
Conforme los precios de los componentes y sub-componentes escasean la demanda experimenta otro fenómeno: el acaudalado. Las compañías compran intencionalmente excedentes de procesadores que quizá incluso no lleguen a utilizar por miedo a que les afecte en sus cronogramas de lanzamientos diarios.
Samsung declara escasez de chips para sus midrangers y de seguro, por su poder e influencia en el mercado, es una de las compañías que mayores volúmenes de procesadores está comprando precisamente para evitar tener que retrasar sus planes. Pero las cosas solo se pondrían peores de ahora en más para todos los fabricantes.
Qualcomm había advertido que ya se están tomando medidas para alcanzar la monstruosa demanda pero que las mismas no entrarían en vigencia sino hasta la segunda mitad del 2021. Pero en virtud de que los problemas generados por la escasez afectan cada vez a más sectores las consecuencias podrían ser ya muy graves para cuando entren a regir estas medidas.
Fuente: Reuters