Samsung anunció oficialmente al Samsung Galaxy Note 4, la cuarta generación de su phablet, que refina las versiones anteriores para llegar a un smartphone completo por donde se lo mire, conjugando lo mejor de Samsung en software, hardware y diseño, y dejando al Samsung Galaxy S5 como un amateur.
En cuanto a características, Samsung no nos sorprendió confirmando la pantalla QHD de 5.7 pulgadas, una cámara de 16MP con estabilización óptica de imagen, la inclusión del sensor de huellas dactilares y monitor de ritmo cardíaco heredados del S5, y un S Pen que ha sido mejorado, con mejor sensibilidad y mayor funcionalidad en tándem con el software.
Sin embargo, es el cambio en la dirección de diseño lo que se recibe gratamente, con una banda metálica alrededor del teléfono que reemplaza el plástico cromado de versiones anteriores que lo hacían lucir poco sofisticado, aunque sigue manteniendo su parte posterior en cuero simulado en plástico, ahora sin las costuras falsas.
Por supuesto, su pantalla Super AMOLED de 5.7 pulgadas con resolución de 1440 x 2560 pixels se lleva todos los laureles, poniendo fin al reinado del LG G3 en el segmento y dejando al S4 en la miseria absoluta. El Galaxy Note 4 también se adapta a los tiempos, refinando la cámara frontal con 3.7 MP de amplio ángulo e infinidad de funciones para selfies.
En cuanto a poder de procesamiento, posee un SoC octa-core o quad-core dependiendo del mercado - como tradicionalmente ha sido con las últimas versiones - 3GB de RAM, 32GB de almacenamiento interno, ranura microSD, una batería de 3220 mAh, y Android 4.4 KitKat con una interfaz de usuario notablemente mejorada que por fin explota al máximo las posibilidades de utilizar un stylus.
El Galaxy Note 4 no es un smartphone muy diferente a sus versiones anteriores, pero en los pequeños cambios representa la perfección de una línea que nació casi por accidente, siendo ahora la respuesta de Samsung a Apple y mostrando los dientes filosos para el lanzamiento del iPhone 6.