El Samsung Galaxy S7 es uno de los smartphones más poderosos del mundo, gracias al procesador Qualcomm Snapdragon 820 o al Exynos 8890 Octa, dependiendo la región. Y con la experiencia de los problemas del Snapdragon 810, que resultaron en su eliminación por completo del Galaxy S6 - y probablemente con un alto costo de diseño asociado - Samsung esta vez optó por prevenir con un sistema de enfriamiento termal por líquido.
Aún cuando se utiliza líquido, no se trata del sistema que comúnmente se utiliza en PCs que suelen utilizar los gamers, sino en un sistema de "chimenea" que calienta un líquido similar en densidad al agua hasta evaporizarlo al estar en contacto con el calor del CPU y a través de esta chimenea se transfiere hacia una placa difusora, en donde el calor se disipa y el vapor vuelve a ser líquido, reiniciando el proceso de enfriamiento.
El sistema es simple pero efectivo ya que previene la concentración de calor en un lugar particular (cerca del procesador) evitando el recalentamiento.
De esta manera, Samsung asegura a los usuarios horas de uso intenso, pero al mismo tiempo previene sobre posibles problemas con los procesadores.
Vía: ZDNet