Cada vez que Samsung toma una decisión con respecto al diseño, las especificaciones o el apartado de hardware tiene que tener muy presente si la competencia tiene preparado superarlos o si es que ya no lo hizo. Samsung tiene la doble presión agobiante de ser la compañía más masiva del mercado y la de resarcirse después de un fracaso catastrófico como fue el caso del Samsung Galaxy Note 7.
El Samsung Galaxy S8 tiene todos los ojos puestos encima mientras él tiene los ojos puestos en el iPhone 8. Así las cosas, todo parecería estar planificado para que sea uno de los smartphones más importantes del año, aunque algunas cosas no salgan bien.
¿Qué cosas no salen bien? Pareciera ser que Samsung había estado planeando ubicar en el Samsung Galaxy S8 un sensor de huellas dactilares bajo el display. Esta tecnología aún no fue puesta a prueba ni lanzada al mercado, por lo que habría sido un primer golpe popular y fantástico para el Coloso Coreano.
Los planes, no obstante, pareciera ser que no se realizaron con suficiente antelación y Synaptics, la empresa desarrolladora elegida para los sensores de huellas dactilares de Samsung, no tuvo tiempo para concretar la propuesta. A raíz de esto, Samsung tuvo que salir rápidamente con una carta que supusiera brindarles a los usuarios la posibilidad de un sensor de huellas dactilares sin quitarles el atractivo de un smartphone con el frente totalmente libre de todo lo que no sea biseles o display.
La solución, como bien prueban los renders, fue ubicar el sensor de huellas dactilares en la parte posterior del equipo. Muchos no están contentos con esta decisión, pero pareciera ser que no hubo alternativa con los planos tan avanzados como estaban.
Es posible, incluso, que Samsung tampoco quedara conforme con esta solución y que fuera esto lo que motivara la inclusión de tecnologías de reconocimiento facial y reconocimiento de iris para tener que evitar los descontentos que pudiera generar un sensor tan incómodamente ubicado.
¿Por qué incómodo? Bueno, los consumidores ya manifestaron dos posibles problemas que podrían sucederse: la incomodidad de no poder desbloquear el equipo si se encuentra reposando sobre una superficie boca arriba y la sistemática confusión del sensor de huellas dactilares con el lente de la cámara posterior.
En Samsung estarán, seguramente, todos cruzando los dedos para que Apple no consiga incluir ese tan codiciado sensor de huellas digitales bajo el display en su iPhone 8. El revés, en gestarse el caso, sería contundente y doloroso para Samsung.
Fuente: The Investor
