En lo que podría ser una lección de marketing sobre lo que nunca debe hacer una compañía, Samsung había anunciado - justo antes de Navidad, como regalo para sus fieles usuarios - que el Samsung Galaxy S y el Samsung Galaxy Tab original no recibirían actualización a Android 4.0 Ice Cream Sandwich. Por supuesto, el anuncio desató una furia totalmente justificada de los usuarios de uno de los smartphones más vendidos del mundo y al que Samsung le debe el momento por el cual hoy es el principal fabricante de celulares.
En vistas a la situación, Samsung ahora salió a asegurar que revisará la viabilidad de las actualizaciones para ambos dispositivos en vistas a la fuerte demanda de los clientes. Siempre remarcando las dificultades de llevar Android 4.0 más todos los extra de software como TouchWiz para que quepan en la memoria del Galaxy S y Galaxy Tab, Samsung investigaría las maneras de hacer que funcione.
Por ahora, no hay anuncio oficial por parte de Samsung, pero no debería hacerse esperar. Después de todo, Samsung debe mucho a los millones de usuarios del Galaxy S.