Quienes estuvieron al tanto del drama que circundó a ZTE durante prácticamente todo el primer semestre del 2018 sabrán que la compañía china se vio obligada a pagar cientos de millones de dólares en multas producto de infracciones a las leyes de importación del Departamento de Comercio de Estados Unidos. Puntualmente, por culpa de negociaciones entre ZTE e Irán, país con el que Estados Unidos prohíbe estrictamente comerciar.
Pero luego de estar cerca de tener que cerrar todas sus fábricas por la prohibición de compra-venta de hardware norteamericano, ZTE accedió a pagar una multa, a ser regulado por dos inspectores, uno designado por el Departamento de Comercio y el otro por la corte que llevó adelante el caso, y, por último, accedió a despedir a los ejecutivos implicados en las infracciones del pasado que comenzaron todos estos problemas.
Pues bien, ZTE rompió uno de sus acuerdos con Estados Unidos al no despedir a todos los empleados implicados en la toma de medidas que implicaron el comercio con Irán. Esto, naturalmente, será foco de tormenta en el futuro cercano. Pareciera ser que ZTE sale de un problema para meterse inmediatamente en otro.
Aunque no comprendemos exactamente las razones para las que ZTE haya acordado algo con el Departamento de Comercio de EE.UU. que luego no cumplió, el caso es que ZTE rompió uno de sus acuerdos con Estados Unidos y esto bien podría ocasionar un nuevo juicio o, lo que es peor, la vuelta de la prohibición de compra-venta de hardware estadounidense por parte de la compañía manufacturera de teléfonos.
De momento, la primera consecuencia de esta infracción es haberle otorgado todos los accesos privados al inspector designado por la corte que el inspector designado por el Departamento de Comercio ya tenía, lo que significa que ZTE estará siendo monitoreada intensamente y por partida doble de aquí en más.
Fuente: Reuters