Si alguna cualidad cabría endosarle a los artículos de Wikileaks es posible que "inquietante" sea una de las más adecuadas. En especial, cuando las temáticas se tratan de espionaje y violación de la privacidad. La reticencia de muchos individuos a vincularse con Internet y dispositivos electrónicos responde, a menudo, al miedo a estar siendo espiados o controlados. El recelo que experimenta cualquier individuo sobre su privacidad es natural y cuando esta se ve vulnerada la reticencia a compartir espacios en los que puede repetirse el episodio incrementa.
Muchos acusan que este recelo es paranoide e infundado, pero cuando Wikileaks saca un artículo que expone a la CIA y sus intenciones de transformar dispositivos de Android y iOS en micrófonos a través de distintos tipos de malwares los escépticos, cuando menos, acallan y se cuestionan.
Parece ser que la CIA tiene dos unidades de hacking especializado (una para dispositivos Android, que no solo se atiene a smartphones, y otro para dispositivos iOS) trabajando en el diseño de malwares conocidos como "zero days" ("días cero", expresión que simboliza que está un paso adelante de las medidas de seguridad). Según Wikileaks, tienen en su poder 8761 artículos que evidencian esta estrategia abusiva de la CIA. Pero las revelaciones no terminan ahí, pues otros ítems son igual o más escalofriantes.
La CIA tenía, a finales del año 2016, una división de hacking que constaba de más de 5000 operadores que producían más de diez mil tipos diferentes de malware entre los que se listaban troyanos y virus. Wikileaks además dice: "Tal es la escala a la que se trabajaba en la CIA hacia finales del 2016 que sus hackers habían utilizado más líneas de código de la que se usa para hacer funcionar Facebook". Wikileaks continúa diciendo que, en la praxis, la CIA había creado "su propia NSA pero con menos responsabilidades y sin tener que responder públicamente a por qué hacía falta gastar un presupuesto tan masivo con la excusa de duplicar las capacidades de agencias rivales".
Peor aún: la CIA admite ya no tener el control total de sus "zero days" que, producto de su manipulación indiscriminada y no autorizada, han acabado en manos de múltiples de sus hackers, uno de ellos siendo la fuente que develó esta información a Wikileaks.
Vía: 9to5Google